Exorcistas : Casos de exorcismos reales

Casos de personas poseídas se cuentan a donde vayas. Basta con investigar un poco para conocer todo tipo de historias tenebrosas, fantasmas, espíritus, demonios y personas asustadas, poseídas y endemoniadas, envueltas en situaciones espeluznantes e increíbles. Las cada vez más numerosas leyendas urbanas hablan sobre situaciones en las que hay en medio un ser maldito, un ente oscuro o un espíritu maligno, tal vez debido a que, mientras que entre más crece nuestra capacidad de comunicarnos, más relatos son esparcidos con una rapidez inusitada y ajena a otras épocas, donde se mantenían en secreto y lejos de los ojos curiosos. En el campo y en las zonas alejadas de las grandes ciudades, aún se conservan fielmente estas narraciones, que hacen parte de la idiosincrasia particular de cada lugar y del diario vivir de sus habitantes, que las comparten con especial dedicación a quien ose preguntar. Pero es de vez en cuando, cuando una de estas historias, por demás especial, llega a cautivar a sus espectadores, cobrando inusitada relevancia y haciéndose famosa y digna representante de un tema del que muchos preferirían no saber nada.

Estas son algunas de las historias más célebres acerca de casos de exorcismos realizados a personas reales, que algunos incluso aseguran haber visto o vivido por sí mismos y nos comparten sus experiencias.

Roland Doe

Tal vez este nombre no sea muy conocido, pero su historia dio pie a una de las películas de terror más aterradoras de todos los tiempos, «El exorcista». Esta famosa cinta, estrenada en 1973, dirigida por William Friedkin y basada en el libro del mismo nombre, del escritor William Peter Blatty, está basada en su caso en particular. Y es que aunque la película cuente la historia de una pequeña niña de doce años, de nombre Reagan MacNeil, quien es sometida a un violento exorcismo con el objetivo de liberarla de un demonio de nombre Pazuzu, que la ha poseído, lo cierto es que la historia fue inspirada en un chico de catorce años de nombre Robbie Mannheim, quien de un momento a otro comenzó a percibir extraños sonidos, como arañazos y que tan solo cesaron con la muerte de su tía, quien era espiritista y además lo había instruido en el arte de la ouija.

El chico, valiéndose de sus conocimientos en el uso del especial tablero, intentó comunicarse con ella posteriormente, con un resultado nefasto, pues las cosas no hicieron más que agravarse. Al parecer, Robbie había sido poseído por un poderoso demonio, quien se violentaba constantemente y lo maltrataba sin cesar, al tiempo que se negaba a liberarlo y ni con varios exorcismos lograron expulsarlo de su cuerpo, hasta que, según cuenta la historia, en su último intento, los sacerdotes que realizaban el rito del exorcismo se encontraron con la ayuda divina de San Miguel, quien ordenó a Satanás y sus demonios abandonar el cuerpo del joven, que luego de una intensa lucha al fin se relajó y suspiró tranquilo, dejando las palabras «Se ha ido». Luego de este episodio, su protagonista llevó una vida normal y corriente, se casó, tuvo dos hijos y un trabajo como cualquiera. La iglesia le proporcionó el seudónimo Ronald Doe para proteger su identidad y respetar así su privacidad.

Anneliese Michel

La historia de esta chica de origen alemán, quien llevaba una vida normal en el seno de una familia de costumbres religiosas y era educada como cualquier otra de su edad, daría un vuelco inesperado y cautivaría al mundo años más tarde. Luego de una juventud tranquila, un día cualquiera y sin que mediara previo aviso, la chica perdió el control de su cuerpo y se vio imposibilitada para comunicarse con sus padres y sus hermanas en busca de ayuda, situación que los médicos adjudicaron posteriormente a un ataque de epilepsia, enfermedad de la que comenzó a ser tratada de inmediato.

Pero aquello no solucionó el problema y la joven se vio inmersa en una profunda depresión, que comenzó a transformar su comportamiento drásticamente. Según se cuenta, Anneliese Michel veía imágenes diabólicas, dormía en el suelo y comía bichos, además de beber su propia orina, negándose a probar otros alimentos, pues según sus propias palabras, los demonios no se lo permitían. Aseguraba que en su interior habitaban los espíritus de hombres como Hitler, Caín, Nerón, el mismo Lucifer, entre otras tantas almas atormentadas.

Por lo anterior, dada la poca mejoría luego de los tratamientos médicos y sumado a ello, su actitud violenta y los continuos ataques hacia a su familia, sus padres, desesperados, acudieron a la iglesia en busca de ayuda, hasta que luego de estudiar minuciosamente el caso, el Obispo de Wurzburg, Josef Stangel, autorizó a los padres Arnold Renz y Ernst Alt para practicarle un exorcismo. Las sesiones se extendieron por casi un año, durante las cuales la afectada mostró extraños comportamientos, habló con varias voces e idiomas que desconocía e insultó y reveló los más profundos secretos de cuantos la rodeaban, llegando incluso a lastimarse a sí misma gravemente, siendo la lesión más significativa la rotura de sus rodillas, luego de que realizara violentas sesiones de genuflexión, sin que nadie pudiera detenerla. Su agonía transcurrió entre los años 1968 y 1976, cuando murió a los 23 años, según el parte médico, de inanición y desnutrición, sumado a que sufría de neumonía y anemia, lo que acabó por debilitar su cuerpo.

El caso fue muy comentado en su país, pues un sector de éste apoyaba la idea que la chica había sido tratada con un fanatismo religioso exagerado y que ello la había llevado a la locura, además de estar totalmente convencidos que de haber continuado con la ayuda médica apropiada, hubiera sobrevivido e incluso sus padres y los dos sacerdotes que participaron en los rituales fueron llevados a juicio por ello. Al final, puede que jamás se llegue a saber la verdad con certeza, pero allí quedaron cientos de fotos y grabaciones documentando los rituales de exorcismo, tenga quien tenga la razón.

Marta

Menos célebre, pero no por ello menos impresionante, es el caso de Marta, una chica madrileña, que según cuentan, fue poseída por un demonio, que habitó en su interior durante varios años. Figura en los reportajes, que uno de sus compañeros de estudio, que además pertenecía a una secta y practicaba el satanismo, se enamoró de ella y fue tal su obsesión, que al no verse correspondido, invocó a los entes malignos para que la torturasen, con la ya consabida consecuencia. Por lo demás, la historia guarda muchas similitudes con la de Anneliese Michel. Palabras ofensivas, idiomas extraños, fenómenos sobrenaturales, violencia y agresión, entre otros tantos signos comunes en estos casos.

La chica también recibió atención médica como primera medida, lo que no ayudó en su mejoría y cuando su madre quiso buscarle ayuda divina, muchos clérigos se negaron a escucharle, hasta que al final y luego de mucho escudriñar, dio con el sacerdote José Antonio Fortea, experto demonólogo y quien se intereso por el caso y en adelante ayudó a su hija en todo momento, incluso realizando personalmente las sesiones de exorcismo. El caso además llegó a la santa sede, donde fue confirmado como posesión demoniaca por una autoridad en la materia, como lo es el padre Gabriele Amorth, el más famoso, pero no por ello menos polémico, exorcista del mundo.

La mayoría de las versionas nombra a Zabulón, un poderoso demonio pocas veces visto, como el causante de sus sufrimientos y que tenía como objetivo dar testimonio de la existencia de Satanás, aunque fueron muchos más los que se vieron involucrados. El padre Fortea luchó intensamente con esta presencia, que se resistió a cuatro años de exorcismos, antes de abandonar a su víctima. El final no es diferente. Algunos aseguran que la chica sufría de problemas mentales y doble personalidad, acusando incluso al sacerdote de utilizar el caso para darse a conocer, mientras que otros creen fielmente que todo aquello fue cierto y se encomiendan a Dios para protegerse.

Otros casos de exorcismo conocidos

Existen otros casos de exorcismo que se han hecho públicos, aunque no tan conocidos como los dos primeros, ni tan mediático como el último, que fue el más reciente. Aquí podemos encontrar Los casos de, Francesca F, una joven italiana de 19 años, quien en el año 2000 fue exorcizada supuestamente por el mismísimo Juan Pablo II, luego de que enloqueciera frente a su Santidad, lanzando improperios y ofendiéndolo de manera descontrolada, como se relataría años más tarde. Se dice que el Santo Padre, originario de Polonia, participó en otros tantos rituales durante su pontificado. Salvador Dalí también fue sometido a un exorcismo, según lo aseguró en 1947 un fraile italiano de nombre Gabriele Maria Berardi, quien declara haber realizado un exorcismo al artista. Como prueba de ello, el sacerdote exhibía una cruz que el artista le había obsequiado como agradecimiento por sus servicios. Anna Eklund, quien inspiró el libro «Vete Satanás», del autor Carl Vogl, fue una chica nacida en Iowa, quien se cree fue poseída en dos ocasiones, con casi dos décadas de diferencia, en los 1912 y el año 1928, siendo tratada en ambas ocasiones por el padre Teófilo Riesinger, quien le practicó sendos exorcismos.

Esos son los casos más conocidos acerca de posesiones y sus correspondientes exorcismos, pero existen otros cientos, en todos los lugares del mundo, en los cuales sus protagonistas o testigos aseguran haber vivido situaciones similares e incluso peores.

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